Asesoramiento familias

DÍA 11 Último día en China: Museo de Refugiados Judíos en ShanghaiEsta es otra parte de la historia: en 1938 mi abuelo solicitó un visado para poder viajar a Shanghai. Tuvo que salir de Viena avisado que los nazis irían a buscarlo. Salió desde Italia en una de las rutas (y seguramente en una de las embarcaciones) que pueden verse hoy en el Museo. Aquel trayecto en barco duraba 30 días.En aquel momento Shanghai era el único lugar del mundo que abría las puertas a los judíos que nadie quería recibir. China albergó a más de 20.000 procedentes de Europa.El distrito de Hongkiao tenía escuelas, teatro, musica, comercios… Pero tras la ocupación japonesa se convirtió en el gueto judío, una zona confinada donde vivían hacinados en el barrio más pobre de la ciudad. Mr. Xu Shen me contó que fue una época muy dura: los habitantes del gueto tenían una asignación de 340 gramos de pan para todo el día.Mis abuelos se conocieron en Shanghai y allí se casaron. Después, como tantos refugiados, emigraron a sudamérica. Ellos llegaron a Argentina.En el patio central hay un muro con los nombres de los refugiados que vivieron en el gueto.Allí están los nombres de mi abuelo y su madre.#ViajeChina #MuseumJewishRefugeesShanghai #WallofNames

DÍA 11. Nuestro último día en China (Fuxing Park)Madrugamos y disfrutamos de un desayuno, por fin, con café y tostadas. Y dim sum. Que seguimos en China. Vamos al parque Fuxing. Allí solían dar paseos los abuelos de mi padre. Mi abuela iba a jugar. La llevaba Liao Fushu, su tío y abuelo de la prima Eva Liu (nuestra anfitriona). En el parque encontramos música: cada uno en su rincón practicando (saxofón, oboes). Otros cantan. Otros practican tai chi. En otra zona parece una pista de baile. El altavoz portátil marca la música y la gente se une. Veo a dos señoras con “castañuelas” (de plástico verde en forma de rana 🐸). Cuando me ven me dan unas y me sacan a bailar. Se sacan una foto y me graban bailando. Imagino a mis hijas muertas de risa. Sienten el espíritu flamenco (?). O las ganas de bailar. Aquí no parece importar si sabes mucho o poco. O tu edad. Hay percheros en el parque (que genialidad). Esa distancia o muro invisible se rompen en Fuxing Park. La gente se reúne o se une. No van a mostrar. Sino a moverse y disfrutar. Esto es lo único que en este momento importa #ViajeChina #FuxingPark #Shanghai

DÍA 10 Regreso a ShanghaiTomamos un tren bala de regreso: hasta Shanghai 8 horas y 53 minutos. Ahí es nada. Casi todo el día en el tren sirven para reponer fuerzas. No tenemos que caminar ni hay que sentarse a comer. Tampoco podemos pedirlo, la app no nos funciona (ni la entenderíamos). No importa, tenemos mandarinas y galletas. Para que queremos más. Aprovecho para seguir escribiendo estas crónicas. No es sencillo rascar ratos para sentarse a escribir. En cuanto lleguemos a la ciudad ya hay una cena organizada a las 6.30 de la tarde. Al llegar tardamos (otra vez) mucho más de lo previsto. El hotel está muy céntrico, un espectáculo en el que querría quedarme a descansar unos días más. Estamos en la planta 15 (de 45… vamos, una castaña. Por eso la promoción). Hay que salir corriendo que llegamos tarde. En la cena nos encontramos con Fang y su familia. En mi casa lo bautizamos “el amigo de facebook”. Mi padre lo encontró hace unos años buceando en internet y desde entonces se escriben. En este intercambio descubren una foto de mi abuela que mi padre desconocía. Su padre y mi abuela habían compartido profesor de violín: Ferdinand Adler. La historia es más larga, pero la cuestión es que Fang organizó la cena y viajó desde Beijing para encontrarse por primera vez. Vinieron Fang y familia, la prima Eva, su marido “Franz” (otro nombre que no es el suyo real) y Mr. Suzhen con su mujer y su cuñada (gracias a que ella vive en Hong Kong nos resolvió el problema con la app de pagos. Si vives en Hong Kong, en China te encuentras con un status parecido a un “outlander”). Mr. Su, especialista en la materia, en cuanto se enteró de nuestra intención por ir al museo de los refugiados judíos al día siguiente, organizó rápidamente una visita con guía en inglés. Creo que levantó al director del museo de la cama, teniendo en cuenta que ya eran más de las 22 de la noche. Y en esos horarios la ciudad equivale a las 3 de la mañana en Madrid #ViajeChina #Shanghai #NanjingRoad

DÍA 9 Otro FenghuangFenghuang tiene una vista de día y una muy distinta de noche. A veces parece que estás en el futuro, otras totalmente perdido sin poder comunicarte.A la mañana siguiente tuvimos que dirigirnos a la zona “moderna” en busca de un banco. Nuestro sistema de pago chino que hemos estado usando hasta el momento no funciona. No se ven bancos, mucho menos cajeros. Preguntas y no saben responderte. Ni inglés ni el traductor es siempre fiable “aquí a tres tiras” Cuando finalmente encontramos el cajero (uno que no pidiera una clave de 6 dígitos) dedujimos que las tiras eran unos 3 kilómetros.Saliendo del centro turístico encontramos otros rincones. Aqui hay lugareños que vienen a practicar música, o quizás bailes de salón (deslizar foto). Otro Fenghuang, sin fotógrafos para los posados ni trípodes ni atrezzos.Como pasa en otras ocasiones, a veces es necesario alejarse para poder descubrir que hay más allá del ruido.

Día 8 (II parte)Quien haya visto El Viaje de Chihiro recordará cuando en ese misterioso lugar se hace de noche y se abre “la casa de baños”. Al lugar llega un barco iluminado del que bajan un montón de huéspedes. Desfilan en línea por el puente, dirigiéndose a la casa. Por la noche todo está iluminado, la ciudad se transforma y la atmósfera es entre extraña y mágica.En cuanto se hizo de noche en Fenghuang recordé esta escena. Las antiguas casas de madera, los techos tan característicos, sus gentes paseando en línea a lo largo del río, cruzando puentes.Quizás los japoneses son tranquilos y silenciosas como lo muestra Miyazaki en el Viaje de Chihiro. Desde luego los chinos no lo son.Caminar el sábado por la tarde noche en Fenghuang fue bastante abrumador. La ciudad se llenó de turistas caminando junto al río, en línea atravesando puentes, tiendas de souvenirs, trajes regionales, masajes, karaoke y música, y siempre, siempre tiendas de comida. Drones sobrevolando el río y muchos posados con diademas de flores, farolillos encendidos y vestidos tradicionales.Esto es China 2024.#Phoenix #ViajeChina #AncientCity

DIA 8 Llegamos a FenghuangPlanificando el viaje a China mi padre encontró en internet la ciudad de Fenghuang. Un pueblo antiguo a la orilla del río, con casas de madera, pagodas, puentes y un encanto que lo atrapó.Nuestro hotel está algo alejado del centro. Leímos que por la noche abren los karaokes y no se puede dormir. Como llegamos pronto por la mañana nos dirigimos hacia allí. Nos encontramos con dos chicas muy jovencitas, vestidas con la ropa folclórica del grupo étnico Tujia posando sobre unas piedras junto al río y un camarón de fotos de alucinar. Según nos acercábamos más a la parte antigua resultó que el atuendo no era algo especial. Las numerosas tiendas de trajes son de alquiler, con tocadores incluidos para el servicio de peinado y maquillaje al estilo oriental. Los puntos estratégicos, llenos de fotógrafos y atrezzos para la ocasión. Todo el set para un shooting profesional.A la par, también encuentras en el río a algunas mujeres lavando la ropa. Jabón y pala de madera en mano para atizar las prendas. Quien dice ropa dice verduras frescas (en la última foto). Mi padre se pregunta si esas son las que después te sirven en el plato como “verduras frescas de temporada”.Él, que siempre ha sido un idealista y bastante romántico, se había imaginado un pueblo recóndito y ancestral… Y resulta que es uno de los destinos preferidos por el pueblo chino.Intentamos decir de la mejor manera Fenghuang. Pero aquí se conoce por Phoenix. Phoenix Ancient City(Continuará) #Fenghuang #PhoenixAncientCity #ViajeChina

DÍA 7 - Zhangjiajie (segunda parte)A pesar de la contaminación sonora, las aglomeraciones y el bombardeo de puestos de venta me queda grabada la imagen de una naturaleza imponente: las montañas flotantes, el “primer puente bajo el sol” y “el puente en el cielo”, lleno de cintas rojas y candados.En la piedra está escrito “la armonía entre lo natural y los deseos humanos”, representados por el candado.“The heaven and the earth is uniform and everything harmonious”

DÍA 7. Zhangjiajie, Parque Forestal (Hunan) Otro día de madrugón. Las puertas del parque abren a las 7.30 horas. Hemos leído muchos blogs que advertían sobre la cantidad de gente y las colas. Desayunamos a las 7 tres locales al lado del hotel “buffet”: noodles, arroz con verduras, baos rellenos de pasta de haba, sopa… lo típico de los buffet en China. Y un café: leche de soja con una cucharada de Nescafé. Valió la pena madrugar. Solo había cientos de personas. Subimos al Bailong Elevator, el ascensor exterior más alto del mundo (326 metros). Mas tarde caímos en la cuenta que el Shanghai Tower es mucho más alto, casi el doble. Me dio más vértigo pensar lo alto que habíamos subido hace unos días atrás… Una vez arriba las vistas de los pilares es realmente impresionante. Se han renombrado como Avatar Hallellujah Mountains desde que James Cameron se inspiró en este lugar para la película. La paz que transmiten las fotos se rompe por la cantidad de guías turísticos con micrófonos que guían a los grupos por todo el parque. Por si fuera poco, en las plataformas principales hay fotógrafos y drones para inmortalizar el momento. Gritan y animan con gran entusiasmo para sacar tu mejor pose. Manos arriba! señala! sonríe! Hay que aprovechar momentos señalados donde la escena se libera y podrías llegar a salir sin nadie al lado. Una señora mayor se me acerca y me pide una foto con ella. Ella feliz y agradecida. Yo también. Xié Xié 🙏, es lo único que he aprendido a decir y lo uso todo el tiempo.En todo el día apenas nos cruzamos con 4 o 5 occidentales. En todas las zonas con cierta explanada lugares para comprar comida, bebidas, helados y souvenirs. Y nosotros que habíamos llevado comida para hacer picnic, por si no había muchos lugares o demasiada gente 🙄No hay pérdida. Hemos subido en ascensor, en varios autobuses kamikaze que toman las curvas de las montañas como en un circuito de karting. Y para terminar, el teleférico. Según mi reloj hemos hecho 23.000 pasos y subido 55 pisos, con sol y 27 grados al mediodía(Las fotos no tienen filtro, tienen la luz y color originales del día) #Zhangjiajie #FloatinMountains #AvatarMountains

Tea House, el hotel. Desde la estación a Wulinyuan otros 45 minutos. El taxi se mete por sitios imposibles y llegamos al hotel que había reservado en booking. Tanto el taxi como las entradas para el parque me las había reservado Carol por whatsapp, el contacto del hotel. Very diligent y con whatsapp, una herramienta que aquí nadie tiene porque toda la relación con Google está bloqueado. Imaginamos que Carol sería otro nombre occidental elegido al azar por la chica de la recepción. Sin embargo quien nos recibió fue la chica del té (en la segunda foto), que ni tiene whatsapp ni habla inglés. Pero no me funcionaba Alipay, la app mágica para pagar. Así que al final tuvo que llamar por teléfono a la famosa Carol, que a saber en qué lugar de China o el mundo se encuentra. Prueba a desactivar el cortafuegos. Intenta con el wifi. Quizás con dinero? Pero la app de mi padre si funciona. El compró una SIM china (y en el proceso lo fotografiaron cual presidiario sujetando un cartelito) así que quizás por eso hay menos problema. Aún no lo tengo claro. Así que todo resuelto. Ya no necesitamos hablar más con Carol. Seguimos con la chica del té y el traductor del móvil. Todo ok. Tercera planta sin ascensor. Entrega de zapatillas y cepillos de dientes. (Continúa en comentarios)